CASO
Una chica de 16 años, muy grande y alta, vino a clases de canto.
Cuando se pudo a cantar, me sorprendió el que apenas pudiera escuchar lo que cantaba… Esperaba más de ese cuerpo… (error mío).
Le dije que abriera la boca y que pensara que su boca era como un grifo. Cuando abres un poco el grifo, casi no sale agua; pero si abres mucho el grifo, sale un gran chorro de agua.
Lo intentó, y de su cuerpo salió un «gran chorro» de voz.
Le pregunté: «¿Qué sientes, cómo se sintió?»
Ella respondió: «ESTOY fuera…»
CONCLUSIÓN
Una de las cosas más difíciles es ABRIR LA BOCA. Literalmente. Intenta hacerlo. Pon tres dedos en tu boca de forma vertical ¡¡no hagas trampas!! y comprueba cómo te duelen las mandíbulas. Esa es la amplitud que necesitas.
Cuando abrimos la boca, estamos PRESENTES, estamos AQUÍ. Se nos escucha, TENEMOS voz;
¿Estás LISTO para ser escuchado?
