Una de las mejores formas de comenzar es como un suspiro sonorizado: «Ah». Empieza por entrar en tu cuerpo con una respiración profunda y permítete hacer un simple suspiro, «Ahhhhh». Relájate y libérate con un auténtico suspiro. No te preocupes por cómo suena, simplemente suspira. Deja que este suspiro se expanda, y con él, permite que tu respiración se expanda también… «Ahora inspira aún más profundamente, y emite otro «Ahhhhhh», esta vez déjalo fluir realmente, fuerte y profundo. No lo retengas. Hazlo varias veces y empezarás a sentir que el sonido vibra a través de ti… Y sentirás adónde quiere llevarte el sonido.
Después de unos minutos sonando ‘Ahhhh’, puede ser que quieras explorar y jugar con otros sonidos, y quizás haya algún canto intuitivo que quiera salir de ti. Sólo tienes que seguir con el sonido y ver a dónde te lleva». «Cada vez que nos permitimos suspirar, abrimos una puerta a ese espacio de espíritu y respiración interior».
